Por Fredd Martinez Atoche. Estudiante de Administración de Empresas UNED Limón
Desde que se anunció el primer caso en el país de Covid-19, hemos visto cómo poco a poco todo lo que gira a nuestro alrededor en nuestra rutinas cotidianas ha venido cambiando, desde ponerse una mascarilla, careta, o algún otro implemento de protección, la forma de como ingresamos a nuestras casas después de regresar de nuestro trabajos o de algún lugar fuera de nuestras casas, hasta la forma en que socializamos que es precisamente la que está influyendo muchísimo en todo lo que hacemos en tiempos de pandemia.
Hay mucha información acerca del coronavirus, se sabe que su transmisión es muy fácil y por ende se esparce con tanta rapidez, sin embargo, hay medidas que la población puede tomar para que los incrementos en casos no sean tan rápidos, una de las más sonadas es el distanciamiento social, que consiste en mantener una distancia mínima de 1.80m con las demás personas; sin embargo, es algo que evidentemente no se está cumpliendo.
El Ministerio de Salud de Costa Rica día a día emite sus conferencias de la situación actual del país con respecto al Covid-19, el mismo discurso de siempre en cuanto las medidas es el que nos recetan todos los días, pero esto no parece ser suficiente, los casos aumentan, las defunciones siguen aumentando, al igual que los pacientes hospitalizados y en unidades de cuidados intensivos.
La reactivación de la economía ha liberado y desahogado las medidas que existían más estrictas, ¡ahora sí! Depende de nosotros que los contagios no incrementen tan rápido, ¿Pero que está pasando? Las medidas son menos drásticas y la gente circula en las calles como si no existiera una pandemia, fiestas clandestinas, innumerables partes por desacatar la restricción vehicular, aglomeraciones, y muchas actividades mas que podemos mencionar que no son para nada favorables para evitar la propagación del virus, realmente pareciera que no existe la conciencia social, ¿Acaso no hay preocupación por nuestros adultos mayores, abuelos, padres, tíos, cualquier familiar o amigo, vecino y conocido? ¿le importa a la sociedad la población mas vulnerable como personas que padecen de enfermedades que aumentan el riesgo? ¿existe conciencia social? Todo apunta a que la respuesta es no, aunque quisiera que la respuesta hubiera sido distinta, la “inconciencia social” se ve día a día, algo lamentable, pero parece que tiene mas fuerza que el mismo virus.
Pero no todo es negativo vemos como una gran parte de la población acata las medidas y eso hay que reconocerlo, existe la esperanza, está latente y Costa Rica todavía puede salir adelante sin tener tantas muertes, este articulo va dirigido a todos aquellos que piensan que el virus no puede hacernos nada, déjenme decirles que el virus ya hizo, ya cambio nuestras vidas para empezar, no dejemos que cambie nuestra conciencia, no dejemos que cambie nuestra manera de pensar hacia los demás, no veamos a los demás como un numero sino como un hermano como alguien que puede tener familia y que si se contagia puede verse afectada su familia, el o ella, no permitamos que el virus saque lo mas malo de nosotros sino mas bien que saque lo mejor, si todavía no han perdido un pariente no esperen a que suceda, seamos responsables y demostremos ser solidarios.
Nuestra bella UNED nos ha enseñado a tener amor por la naturaleza, valorar nuestras diversas culturas, a ser mejores estudiantes pero sobre todo mejores personas, resaltemos esos bellos valores que se nos inculca en la universidad y apliquémoslo en nuestras vidas tengamos conciencia social, este artículo está dedicado a todos aquellos que sufren por un familiar enfermo o que han pasado por la muerte de un familiar en especial esta dedicado a mi bella tía Nancy Socorro Atoche, quien vivía en Perú y murió por covid-19, que en paz descanse.
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