La contaminación atmosférica es una problemática global que afecta la pureza del aire, la cual es provocada por la presencia de agentes contaminantes, como partículas sólidas, polvo, humo, vapor, gases y materias radioactivas. Lo anterior, son algunos alcances que se generaron en el conversatorio, “Mecanismos para el control de contaminantes atmosféricos”, actividad que fue organizada por la UNED y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
Por parte de la UNED participaron, el Centro de Educación Ambiental (CEA) y todos los comités del programa Bandera Azul Ecológica de las sedes universitarias. En este espacio también se contó con la participación del Programa Carbono Neutral y del Programa de Gestión Ambiental Institucional (PGAI). Quien impartió la charla fue Karla Astorga Castro, gestora ambiental y docente del INA.
Según la especialista, el deterioro de la calidad del aire representa un riesgo para la salud en diferentes áreas del sistema respiratorio humano, desde la nasofaringe hasta los alvéolos. Es por ello, que es importante tomar medidas para reducir la emisión de contaminantes y minimizar sus efectos contra la salud.
Uno de los principales factores que contribuyen al deterioro de la calidad del aire es el efecto invernadero, un fenómeno natural de regulación de la temperatura. Sin embargo, la acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) generados por actividades humanas, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el ozono (O3), ha intensificado este fenómeno y ha llevado al calentamiento global.
Durante su intervención, Astorga Castro comentó acerca de la huella de carbono corporativa, y cómo afecta al planeta, “la huella de carbono corporativa es la suma de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, causadas directa o indirectamente en todas las actividades de una empresa. Estos contaminantes provocan el deterioro ambiental y consecuencia de ello, el daño al planeta”.
Como parte de las conclusiones, la especialista indicó que se debe trabajar más en buenas prácticas sostenibles y responsables con el ambiente, por ejemplo, las tres “R”, reducción, reutilización y reciclaje, así también, promover el uso de energías renovables y la reducción del consumo eléctrico. “Estas acciones contribuyen a disminuir las emisiones de GEI y a fomentar un entorno más amigable con el medio ambiente”, explicó Astorga Castro.
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