Por Luis Segreda Mena. Programa de Investigación de los Fundamentos de la Educación a Distancia (PROIFED)
El tiempo que vivimos a nivel planetario es el momento oportuno para poner nuestras capacidades y conocimientos educativos, creando e innovando, uniéndonos con los estudiantes y otros docentes para crecer con nuevas capacidades y resolver problemas y, si es el caso, crear nuevas soluciones a nuevos problemas. Es una oportunidad para reinventarnos, en especial en nuestra modalidad de educación a distancia. Lo que implica migrar de pronto de un modelo a distancia y en una situación de incertidumbre, a un modelo de educación a distancia de “emergencia”, por el hecho que nadie esperaba esta crisis, pero que obligó a muchos docentes a inventar cosas nuevas y, asumir nuevos roles que requirieron de un docente nuevo, inventivo, experimentando con nuevas habilidades y destrezas que aparecieron de improviso, en un instante.
La crisis nos está enseñando la importancia de la educación a distancia y de otras modalidades virtuales y en línea para seguir educando y formando a nuestros estudiantes, en situaciones difíciles. El hecho de mantener los cursos, a pesar que estudiantes, docentes y casi todo el personal administrativo se fue de cuarentena, no impidió a la UNED continuara con su educación a distancia en “emergencia”. De pronto se resolvieron y reinventamos, nuevas maneras de seguir educando. En este proceso es posible que pongamos a prueba el modelo de educación a distancia y descubrir que en educación no hay ortodoxias, ni dogmas, sino agilidad para hacer uso de todos los recursos a la mano como la educación virtual, actividades lúdicas, educación en línea u otras modalidades educativas, aplicada a nuevas condiciones.
Al respecto queremos reflexionar sobre algunos de los aportes de esta experiencia desde el trabajo tutorial, tratando de recoger aspectos de la educación a distancia que nos han parecido importantes en este contexto pandémico. Tres aportes lo son: la importancia de interactuar o acompañar desde el trabajo tutorial; segundo, la importancia de relacionar nuestro quehacer educativo con lo contextual y tercero, la importancia de la ética como elemento motivador en un proceso educativo complejo provocado por un fenómeno externo.
Como tutor e investigador destaco la importancia de la interacción como instrumento clave en una educación a distancia en tiempos normales y aún más en tiempos difíciles. Descubrimos que en la educación lo importante es planificar tutorías que provoquen una mayor interacción entre profesores, tutores y estudiantes. La vida del aprendizaje está en la interacción como señala Humberto Maturana. Es un hacer en donde se aprende a caminar caminando, en donde vamos entendiendo las limitaciones de la educación a distancia y a la vez descubriendo múltiples enseñanzas emergentes. Es un crear espacios que nos permiten aprender jugando, o cantando o riéndonos o experimentando y a la vez creando cosas nuevas e innovando. Porque en épocas de crisis no es posible cambiar de forma rápida cualquier modelo pedagógico, es necesario informarnos, se deben buscar soluciones, y por qué no, se improvisa en la marcha.
Lo importante es que los estudiantes y tutores aprendan interactuando, realizando sus responsabilidades y constatando que han producido conocimientos, aún en condiciones limitantes. Es posible que una realidad como la que estamos viviendo nos exija tanto que nos ayude a cambiar en muchas formas, que ha sucedido en el contexto de una realidad que dio un vuelco a las formas como veníamos comportándonos: científicos de todo el mundo trabajando juntos, en equipo, intercambiando conocimientos con el fin de frenar la pandemia nos enseñó que en educación es lo mismo.
Por eso, creemos que todo esto, nos ayudará a generar trabajo colaborativo, un mayor análisis racional y sobre todo a relacionar la educación con un cambio en el comportamiento por medio de la ética. Porque es imposible educar sin relacionarlo con el contexto que vivíamos: personas contagiadas, en cuidados intensivos, fallecimientos, desempleo, limitaciones económicas, etc. Es difícil pensar que sólo somos docentes en una realidad como esta. Vivir confinados nos obliga a pensar y conducirnos de manera distinta.
Es prácticamente imposible no relacionar la acción de educar sin relacionarlo con los valores y principios que emanan del contexto. Donde destacan muchos médicos y enfermeras que mueren sanando a los enfermos. No hay duda que la interacción es un elemento clave de la educación como en el contexto pandémico que nos azota. El educador Humberto Maturana afirma que “la educación es un proceso en el que tanto estudiantes como maestros cambian juntos en forma congruente en tanto permanecen en interacciones recurrentes” (Humberto R. Maturana. Transformación en la convivencia. Santiago de Chile, Editorial Comunicaciones Noreste Ltda., 2004, p.40 (284 pt). La interacción se da en todas las modalidades educativas. Lo que pasa es que, en educación a distancia, la interacción se potencia por los recursos y herramientas que tiene esta modalidad: no sólo entre tutor-estudiante, sino estudiante-tutor, como también entre estudiantes y tutor y entre estudiantes y estudiantes y en este contexto de emergencia, había que emularlo.
Y a la par de la interacción y el acompañamiento, encontramos la presencia imprescindible de los valores y principios que es la luz que ilumina el proceso pedagógico. Ya es hora de descubrir que valores como la solidaridad, la igualdad, el respeto, y muchos otros valores tienen un efecto motivador que, sin duda, incide muy positivamente en el proceso educativo. Lo mismo sucede en el contexto de la pandemia. Y es que ambas situaciones (la vivencia de la realidad que vivimos y la experiencia docente) nos desafía y motiva. En el caso de la pandemia a vencerla y en el campo educativo potencian la enseñanza y el aprendizaje. Los valores éticos contienen una alta motivación para alcanzar soluciones a muchos problemas agobiantes. Educar en educación a distancia no es colocar muchos contenidos para que el estudiante aprenda y repita, o poner un colgadero de información insulsa para que cada estudiante tome lo que le interese. Sino construir con arte tutorías que incluyan la interacción para lograr el autoaprendizaje.
También hemos experimentado la importancia del contexto. La realidad nos indica que se suspenden clases, se cierran escuelas, colegios y universidades, etc., pero se continúa el proceso educativo mediante la educación a distancia que requiere, al igual que la solución de problemas que surgen, soluciones rápidas, de emergencia, señalándonos con esto que la educación a distancia en tiempos de crisis no es lo mismo que la educación a distancia en tiempos normales. La experiencia de educar en tiempos de crisis nos enseña la importancia desarrollar en nuestros tutores docentes nuevas competencias, especialmente en el buen uso de las nuevas tecnologías.
También nos enseña que debemos procurar en la educación a distancia explorar más la utilización de la interacción, sobretodo en emergencias como esta. Y tercero, hemos aprendido en el avance de la pandemia a comprender mejor la urgente necesidad de incorporar en el proceso educativo valores y principios éticos. Es necesario humanizar la educación, al igual que esta pandemia, la educación a distancia debe realizar un cambio significativo por medio de la solidaridad, el amor y el compromiso, sin lo cual no lograremos vencer la pandemia, ni lograr formar profesionales comprometidos con su país.
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