Por: Jorge Umaña Torres / Corresponsal UNED Orotina
Doce artesanas del área textil de los cantones de Orotina y Esparza participaron en un taller de tintes naturales, realizado recientemente en Paraíso de Cartago, como parte del proceso de formación que impulsa la Universidad Estatal a Distancia (UNED) en el territorio OSME (Orotina, San Mateo y Esparza).
La capacitación estuvo a cargo de los especialistas Gerardo Rivera y Mónica Gamboa, quienes compartieron sus experiencias y conocimientos con las personas participantes.
Durante cinco horas de teoría y práctica, las artesanas trabajaron con pigmentos obtenidos de plantas y semillas como el árbol de Brasil, la cúrcuma, el azul de mata, la cebolla, la gavilana, el achiote y la arrabidaea chica. Asimismo, aprendieron sobre mordientes, sustancias que fijan los tintes en las fibras, y sobre taninos, compuestos naturales que actúan como defensa de las plantas y que también permiten obtener tonalidades duraderas en los textiles.
El teñido artesanal con pigmentos naturales es una práctica ancestral en Costa Rica, estrechamente ligada a las comunidades indígenas, y hoy se proyecta como una alternativa de moda sostenible. En un contexto donde la conservación del ambiente es un tema prioritario, estas técnicas representan una manera de innovar sin comprometer la salud del planeta.
Para Jeannette Rodríguez, coordinadora del área de proyectos de la UNED Orotina, este taller constituye el primer paso hacia un programa más amplio en sostenibilidad textil: “Estamos iniciando un proceso con artesanas locales que busca prepararles en tintes y fibras naturales, en consonancia con el concepto de moda sostenible que impulsa la ONU. La industria de la moda es una de las más contaminantes, y el papel de la universidad es investigar y proponer alternativas que permitan vestir con elegancia sin dañar el ambiente. En 2026 esperamos consolidar este trabajo con nuevas capacitaciones y proyectos en la región”.
El profesor Gerardo Rivera, quien acumula más de tres décadas de experiencia en la investigación de pigmentos naturales, destacó la importancia del rescate cultural en este campo. Según relató, su interés nació en los años ochenta, durante un proyecto arqueológico en Carara, y desde entonces ha trabajado en la difusión de conocimientos sobre colorantes y mordientes naturales. “Lo más valioso es devolver a la naturaleza y a la historia del país prácticas que ya se habían perdido, y hacerlo con nuevas generaciones que aseguren su continuidad”, expresó.
Por su parte, la empresaria textil Mónica Gamboa, enfatizó la importancia de que las artesanas experimenten con plantas propias de su entorno. “El objetivo es que ellas aprendan a fijar los colores y a producir textiles que perduren en el tiempo. Ahora les corresponde aplicar lo aprendido en Orotina y Esparza, identificar sus plantas locales, compartir experiencias y seguir innovando con nuevas combinaciones”, afirmó.
Las participantes también reconocieron el potencial de estos saberes para diversificar sus productos. Silvia Sinfonte, artesana de Esparza, señaló que ya planea realizar pruebas con materiales disponibles en su comunidad, como hojas y corteza de guayaba, mango, aguacate y frutos como el nance y el jocote.
“Estoy pensando en utilizar plantas de la zona de Esparza. Ya le hice algunas preguntas a los profesores entonces sé que puedo utilizar las hojas de guayaba, la corteza de guayaba, el mango, la corteza y las hojas de mango que me darán otros tonos para teñir telas, puedo usar el aguacate, las hojas de aguacate, la corteza, el nance, y estamos pensando en hacer pruebas también con jocotes que fácilmente encontramos en Esparza y Orotina”, agregó Sinfonte.
Según los organizadores, este primer taller marca el inicio de un proceso de formación que pretende fortalecer el trabajo de las artesanas en el territorio OSME y abrir camino hacia un modelo de producción textil sostenible, con identidad local y compromiso ambiental.
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