El 13 de octubre, se conmemoró el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, y este año se enfocó en la buena gobernanza como camino para una efectiva reducción del riesgo.
La situación por el COVID-19, ocupa hoy un lugar prioritario en la agenda de todos los países. El escenario actual ha significado una sacudida global, no solo en términos sanitarios -donde se han incrementado de forma exponencial los recursos económicos para garantizar un mínimo de atención médica- sino, que ha significado generar articulaciones entre los diferentes sectores, bajo la premisa de intensificar trabajos intersectoriales que cubran todos los posibles escenarios que nacen debido a la crisis sanitaria.
Es así, como en el centro de esos esquemas intersectoriales, aparecen las organizaciones de gestión y reducción de riesgo, con acciones que buscan disminuir las vulnerabilidades, fortalecer las capacidades locales y la resiliencia.
Ante esto, y bajo el objetivo de contribuir con acciones que fortalezcan capacidades en los procesos de gestión del riesgo de desastres en el ámbito local de nuestro país, la Mesa de Gestión del Riesgo de Desastres (MGRD), integrada por la Universidad Estatal a Distancia (UNED), la Universidad Nacional (UNA), la Universidad de Costa Rica (UCR), organizaciones y sociedad civil, y con la participación de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), desarrolló el II Encuentro Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres en el Ámbito Local / Municipal.
La actividad, permitió el análisis de temáticas como las competencias de los gobiernos locales en materia de gestión de riesgo, procesos de articulación local-municipal, desarrollo seguro en los territorios, implicaciones prácticas de la población migrante en las respuestas a emergencias, y el impacto de la pandemia y las medidas de contención en la dimensión local y municipal.
“El trabajo que realiza la Mesa de Gestión del Riesgo de Desastres en el ámbito local es muy importante, ya que los gestores y gestoras de riesgo locales, miembros de Comités Municipales de Emergencia, autoridades del sector salud, social, ambiental, y de los diferentes sectores representados en los territorios que la integran, generan un constructo conocimiento para mejorar la gestión del riesgo en el ámbito local y municipal. La Mesa es una iniciativa que nos permite trabajar bajo un enfoque de redes e intercambio, en donde el concepto de la gestión del riego en lo local, es el concepto que más fortaleza nos da para poder reducir la vulnerabilidad de los territorios”, señaló Alexander Solís, presidente de la CNE.
La gestión del riesgo como ruta hacia la gobernanza
Desde organismos internacionales, se ha señalado que la gobernanza del riesgo de desastres atraviesa un momento trascendental.
La contundencia de la pandemia a nivel mundial también ha dejado un mensaje alto y claro para la gobernanza: el riesgo es sistémico y cada vez se ven más repercusiones, lo que crea un efecto cascada con afectación de todos los sistemas.
“Nos enfocamos cada día más a un tejido mucho más complejo, hoy día podemos identificar más fácilmente, como un factor de amenaza, como el que estamos enfrentando en este momento por un virus que causa la enfermedad de Covid-19, nos afecta sistémicamente, y cuando hablamos de esos riesgos sistémicos no cabe duda de que el ejemplo manifiesto es lo que estamos viviendo por la pandemia. Nos corresponde en esa medida, ser mucho más resilientes e innovadores y tejer esas redes de apoyo tanto en lo local como en la regional” señaló Solís.
Hay incontables evidencias que demuestran que la buena gobernanza del riesgo de desastres nace de la colaboración y las alianzas entre mecanismos e instituciones, para reducir el riesgo de desastres y trazar el camino hacia el desarrollo sostenible.
“Como país dimos un salto, y nuestro objetivo desde la perspectiva de la gestión del riesgo es contribuir a un desarrollo seguro y sostenible, ya no solo desde la perspectiva de atender una emergencia, sino de una manera mucho más integral donde buscamos elementos de gobernabilidad y gobernanza, que son principios y pilares fundamentales desde la perspectiva local y que también es ahí donde se ven expresados muchos de los eventos que mayoritariamente afectan a las comunidades” comentó Alber Mata, de la Unidad de Desarrollo Estratégico del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo.
Las buenas prácticas desarrolladas en municipalidades como la de Osa y Cartago son muestra de ello, pues han desarrollado procesos que abarcan etapas de diagnóstico, prevención, mitigación, contención, continuidad, rehabilitación y reconstrucción. Además, como gobiernos locales, han fortalecido vínculos entre las instancias de coordinación para la atención de emergencias, pues está claro, que, en el marco de ejecución de una buena gobernanza, reducir el riesgo de desastres requierela interrelación de actores, normas y prácticas adecuadas para actuar antes, durante y después del desastre.
Este modelo de gobernanza exige un compromiso de todos los actores involucrados, desde el ámbito local hasta el nacional, e incluso, con el apoyo de la cooperación técnica y financiera internacional.
El 13 de octubre, se conmemoró el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (DIRRD), y este año se enfocó en la buena gobernanza como camino para una efectiva reducción del riesgo, por lo que podríamos decir que en nuestro país entonces, vincular la pandemia de COVID-19 con las metas del Marco de Acción de Sendai 2015-2030, construye el escenario propicio para mejorar la gobernanza.
Para conocer el contenido temático desarrollado en el II Encuentro Nacional para la gestión del riesgo de desastres en el ámbito local- municipal, puede visitar el Canal de Youtube de la Mesa: https://www.youtube.com/channel/UCDdbVosobaYouYSILtM5A8g/videos
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